miércoles, 25 de febrero de 2009

¿Como fue q diste ese gran paso? ¿Qué fue lo que hiciste? Simplemente no lo se, no encuentro la forma de entender como fue que has pasado a ser lo que eres en tan poco tiempo.

Se que soy la persona menos indicada para hablar sobre ti ya que es muy resiente tu llegada a mi vida. Pero pese a esto hemos compartidos momentos los cuales llevare con cariño hasta el día que pueda estrecharte un abrazo.

Es poco y muy pobre (sabes bien que en esto tú tienes el don) pero me puse a pensar que tu amistad en mi vida fue como la llegada de una piedra a un estanque tranquilo, ¿sabes a lo que me refiero? Cierra los ojos y piensa, imagina el momento en el que la roca cae a un estanque sereno, de una forma particular en todo el lugar manifiesta su presencia. Sin que ella se de cuenta, crea cosas maravillosas, cambia la vida del estanque, lo llena de felicidad. Lo mismo sucede con “vos”, con tan solo hablar, le brindas a mis días el bello toque de tu presencia.

sábado, 21 de febrero de 2009


Si pudiera expresar de una manera cuál es el estado de mi alma en este momento, laaaaargo momento, creo que elegiría grabar el sonido de la nada.
Sería una grabación prolongada, duradera, monótona y aburrida. Con tibios acordes, aquí y allá, intentando empezar a componer una pieza que luego se diluiría en el escape de un auto, en una siesta, en un culo sentado en el sillón, en tantas cosas como estas.

viernes, 13 de febrero de 2009

En secreto, a escondidas, ella está sentada en su sillón favorito recordando y leyendo las cartas de su amante...
Su marido en el trabajo, la mucama en la cocina, los niños en la escuela, y todo un mundo de fantasías llena su cuarto con las luces del amor.
Ella lo extraña tanto que todos los días y a la misma hora lee su libro de mentira. El que tiene en su interior hojas sueltas, dibujos y un montón de recuerdos de cuando era feliz, de cuando para ella los días tenían sentido y su cara sonreía.
Hoy sus ojos estan triztes, su esperanza derramada por el piso, sus días son muy largos y la rutina insoportable. Ella sabe que ya es la hora del reencuentro, está nerviosa pero llena de satisfacción.
Hoy va a volver a sentir la cara y el cuerpo de ese hombre que tanto amó, y que la vida con sus vueltas se lo arrancó.

sábado, 7 de febrero de 2009

NO PUEDO!!!


"Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante.

Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.

Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.

El misterio es evidente:

¿Qué lo mantiene entonces?

¿Por qué no huye?

Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a alguna tía por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado—

Hice entonces la pregunta obvia:

—Si está amaestrado ¿por qué lo encadenan?

No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.

Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.

Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:

El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.

Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.

Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo.

La estaca era ciertamente muy fuerte para él.

Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía...

Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree –pobre— que NO PUEDE.

Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer.

Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.

Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez..."






"El elefante encadenado"... Recuentos para Demian...